Fotos: pbase.com
La palabra callada
La palabra callada
Mientras corre mi memoria por las blancas arenas de las playas del Sur, con la anuencia del tiempo me dejo sumergir en sus aguas cristalinas y allí, desde el fondo, se escuchan voces tan claras como sus aguas, y otras voces no tan claras seguían copando mis oídos, retumbando mi cabeza.
De repente intento levantarme pensando que me hacía falta el aire para respirar, pero mis pulmones estaban cargados de oxígeno como para unirme a esas voces de aguas claras que parecían de ultratumba, esas que no se escuchan a lo lejos ni en la cima, como allí suelen llegar las del Norte y a mis espaldas las del Este, que son las que más suenan.
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