Durante mucho tiempo hemos estado promulgando leyes y más leyes tratando de complacer a sectores de altos, medianos y bajos ingresos. Leyes que no encuentran instituciones lo suficientemente fuertes como para hacerlas efectivas en su contenido y aplicación.
Salvo excepciones en los gobiernos de las últimas décadas, en el país no se enfrenta con eficacia el cumplimiento de las leyes y disposiciones emanadas del poder legislativo y aprobadas por el Ejecutivo, en las que que por lo regular siempre tratan de filtrar a cambio sus aspiraciones y prebendas.
No hacen falta tantas leyes por ahora, los ciudadanos preferimos que gobierno y empresarios eiudadano común sean menos burócratas en la consecución de las metas que como país debemos enfrentar. A eso aspiramos todos los dominicanos sensatos con los que cuenta la patria.
Salvo excepciones en los gobiernos de las últimas décadas, en el país no se enfrenta con eficacia el cumplimiento de las leyes y disposiciones emanadas del poder legislativo y aprobadas por el Ejecutivo, en las que que por lo regular siempre tratan de filtrar a cambio sus aspiraciones y prebendas.
No hacen falta tantas leyes por ahora, los ciudadanos preferimos que gobierno y empresarios eiudadano común sean menos burócratas en la consecución de las metas que como país debemos enfrentar. A eso aspiramos todos los dominicanos sensatos con los que cuenta la patria.
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