Foto: caribbeandigital
¿Será que la gente no aprende de sus errores? Después de todos los problemas causados por el infame Plan Renove, numerosos dirigentes de gremios choferiles han solicitado al Gobierno una reedición del mismo.
Se recuerda que el Plan Renove fue ejecutado durante el gobierno de Hipólito Mejía con la finalidad de renovar la flota de vehículos que dan servicio de transporte público. En teoría, el plan sonaba bien: el Gobierno financiaba la compra de esos vehículos y se mejoraban las condiciones de transporte público. Sin embargo, en la práctica no sucedió así. Como suele pasar en estos casos, funcionarios y dirigentes choferiles se embolsillaron una parte del dinero. El resto es historia reciente.
Tan reciente es esta historia que fue en marzo de este año, después de mucha pataleta por parte de la justicia y los imputados, que se dictó sentencia contra los ex funcionarios Fabio Ruiz, Pedro Franco Badía y Antonio Reynoso (Padre Toño). Fueron condenados también los dirigentes Antonio Marte, Alfredo Pulinario, Gervasio de la Rosa, Blas Peralta y Milcíades Amaro Guzmán, entre otros.
Que vengan los dueños del país a exigir otro Plan Renove denota una falta de vergüenza increíble, además de ser una burla al ciudadano común. En esos fondos destinados en su momento al Plan Renove estaban los impuestos que cada día pagamos. No se justifica que a estos dirigentes choferiles se les facilite todo para dar un servicio que ni siquiera califica de pésimo.
El transporte "público" en este país es un negociazo, pues sus dirigentes hasta se han tomado la atribución de vender rutas al mejor postor, a precios que oscilan entre 75 y 100 mil pesos según su importancia. A todo esto, el Estado, el único autorizado a otorgar permisos para operar rutas, apenas les cobra un impuesto para los fines. Vista la situación, creo que no se justifica ningún subsidio por parte del Estado.
De momento, las autoridades correspondientes se han negado a acoger la petición de otro Plan Renove; ojalá se mantengan firmes en esta decisión.
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