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Mostrando entradas de agosto, 2015

El engaño de la "revolución" digital

Cuando inició la mal llamada revolución de los blogs 10 años atrás la promesa era democratización del contenido tanto por el lado de creación como de alcance.  Pasado ese tiempo, y cuando ya no se habla de blogósfera ni cosa parecida, tenemos el resultado de esa famosa democratización: estamos inundados de miles y miles de páginas malas, sin contenido real, que de ñapa facturan más que aquellos sitios serios y organizados que se fajan a hacer un contenido de calidad que nadie aprecia.  Tristemente, por aquello del efecto rebaño, esas páginas buenas, con contenido original y de calidad, son ordeñadas en medios como el nuestro por versiones baratas de páginas wannabe que, mediante uso de artimañas muy certeras, logran posicionarse en la preferencia de un público que no es capaz de discernir entre lo que sirve y lo que no sirve.  El fenómeno descrito más arriba ha hecho bastante daño. No es solo que estamos inundados de desinformación y contenidos duplicados y hasta defor

La inmadurez en tiempos digitales

Siempre se ha tenido la idea errada de que con los años se adquiere madurez, y aun cuando esta suposición pudiera parecer lógica, en la práctica la misma es desmentida a cada momento. Dicen también que la actual generación, lo mismo que las venideras, es una que está perdida y que realmente no sabe valerse por sí misma. Lamentablemente esta última suposición se cumple casi a cabalidad. ¿Será culpa de la tecnología? Es posible que de tanto vivir en un mundo virtual, donde la inmediatez es norma y donde la gente interactúa cómodamente desde el anonimato de una pantalla, perdamos contacto con nuestra realidad real. Si esto llega a pasar, pues no debe sorprender que se pierda el rumbo. ¿Que tiene que ver lo anterior con madurez o edad? Mucho, en realidad. La gente, si la dejan, es infantil. Eso, después de todo, es mucho más divertido que comportarse como un adulto aburrido. En esta era digital tenemos muchas formas de expresar nuestro grado de infantilismo e inmadurez, y un

Desahogos inútiles

Los desahogos son inútiles, pero escribir al menos alivia la carga. Llegan momentos en que simplemente no se aguanta mas el abuso de gente que cree tener derecho a usar al otro como mejor le plazca. Hay gente que llega a este mundo lista para joder al otro, para sacarle provecho sin ningún tipo de miramiento o consideración. Gente que no es capaz de hacer nada, de tomar una iniciativa o sacrificarse. Viven acostillándose del otro, abusando de su tiempo y disponibilidad, y en general cargando a ese otro mientras ellos están muy quitados de bulla por ahí. Desahogarse está muy bien. Pero no sirve de nada. El problema a veces somos nosotros mismos que permitimos el abuso, ya sea por miedo, por cobardía o por desconocimiento. A veces el motivo es complejo de inferioridad, y otras veces se es víctima de manipulación. Y nada. Que la gente abusadora está en todas partes, incluso en casa.