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Mostrando entradas de 2021

Entonces, sí al orgullo patrio... no a la xenofobia

Una situación de lo más curiosa se ha dado hoy en las redes sociales dominicanas.  De manera específica, hay un llamado en Twitter a bloquear al Diario Libre, siendo la razón un editorial publicado en fecha 29 de noviembre de 2021 bajo el título " Orgullo patrio, no xenofobia ". El título hace un llamado sensato, y en general el editorial es también un texto sensato, hasta que se llega al tecer párrafo:  Ese sentimiento xenófobo ha comenzado a aflorar y a fortalecerse en la República Dominicana, alimentado por la compleja situación que se vive en la vecina Haití, y hay que tener cuidado, porque se presta para las injusticias. ¿Dónde está el problema? Para empezar, este breve editorial, de apenas cuatro párrafos, pretende simplificar en unas pocas líneas un problema muy complejo que por décadas ha tenido incidencia en la República Dominicana.  El párrafo señalado, que es la parte más objetable de todo el escrito, procede a afirmar que la xenofobia está "aflorando" y

La Zona Colonial hiede

En República Dominicana queremos vivir del turismo, y lo cierto es que tenemos suficientes atracciones para ello, pero... hay un gran problema.  No valoramos, no cuidamos y no le damos mantenimiento de nuestras cosas. La Zona Colonial, la tacita de oro de Santo Domingo, siempre está a la espera de un esplendor que no llega.  Es una pena que un sitio con tanta historia, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, esté sucio y abandonado en muchas partes.  Cierto es que hay un buen conjunto de edificaciones en buen estado, que está repleta de hoteles y restaurantes y que tras la pandemia (bueno, estamos aún en pandemia, pero se entiende) ha vuelto el dinamismo que le caracterizaba, pero lo que son monumentos y aceras están faltos de mantenimiento.  Quizás lo peor que tiene la Zona Colonial sea el mal olor a pipí, cloaca y aguas negras que emana en muchos de sus puntos. Lo ideal es recorrearla a pie, pero esos olores no ayudan, denotando de paso falta de limpieza o, quizás, de aut

El wokismo es lo que nos va a llevar al abismo

El cambio climático, con su prospecto de mares desbordados y calor infernal, se considera la principal amenaza que enfrenta el mundo, pero no es así. Por muy exagerado que parezca, lo que nos va a terminar de llevar al abismo será la vagabundería del wokismo, que con cada día que pasa no hace más que crecer.  En nombre del wokismo, todo es malo, todo es ofensivo, todo es represivo y todo es racista. Se ha llegado al extremo de plantear un supuesto lenguaje inclusivo que además de antojadizo es inservible. Palabras como "máster" son mal vistas porque se asocian a la esclavitud (máster = amo), opererándose cambios incluso a nivel de lenguajes de programación en apoyo a causas antirracistas. Es más, hasta el ajedrez es ofensivo por aquello de que las piezas son blancas y negras y las que van de primero son las blancas.  Las historietas y cuentos de siempre son ofensivos, inapropiados y racistas, y en vista de esta situación están siendo cambiados por versiones inclusivas y diver

Hágase un favor: NO VAYA AL SALÓN

Los salones de belleza se cuentan entre los negocios más comunes en la República Dominicana, siendo una de las especialidades dejar el cabello lacio, usualmente a base de jalones, calor excesivo y otros abusos capilares.  Cierto es que estamos en una época donde muchas mujeres han empezado a valorar su cabello en su estado natural, sea este rizado, crespo, lacio u ondulado. Es la razón por la que vemos afros y rizos por montones; algunos bien cuidados, otros en proceso de mejorar. Sea porque prevalece un prototipo de belleza europea o porque hay quienes prefieren una cabellera lacia, hay una tendencia a abusar de los químicos y del calor a la hora que solicitar servicios de lavado y secado.  ¿Resultado? Mucho cabello quemado y empobrecido, tan estirado que perdió la elasticidad y el volumen que alguna vez tuvo de manera natural.  Es, literalmente, pelo muerto lo que dejan algunas "peluqueras". ¿Por qué tal salvajismo? Las salonistas dominicanas se han ganado una fama dentro y

El triunfo de lo absurdo

Entre el wokismo y la vagabundería desenfrenada se desenvuelve el mundo actual.  Nada es nada y todo es todo a la vez.  Todo ofende. Todo se permite.  Cirugías exageradas son la norma, reinando las bocas infladas, los traseros biónicos y las cinturillas imposibles. Todo esto sazonado con extensiones de pelo, pestañas falsas y uñas kilométricas, algunas de ellas con diseños comestibles (yuck). Todo es arte, incluso lo cuestionable y lo desagradable. Le llaman "la estética de lo feo", y ello da licencia para profanar símbolos sagrados y no tan sagrados, para pisotear los buenos valores y mostrar la cara cruda y sin maquillaje de una realidad que para muchos resulta desconocida.  ¿Se combaten los males de la sociedad haciéndolos visibles? Depende de como se mire. Si tenemos canciones y videos que recrean ciertas realidades desagradables, pero de una forma que más parece una celebración, entonces no, esto no ayuda. Si por el contrario se plantea la realidad desde un punto de vist

Cambios que no son cambios

Pintar la pared de la casa que presenta daños por filtración -sin haber reparado dicha filtración- es un cambio estético que durará a lo sumo un par de meses antes de volver a manifestarse el problema. Lo mismo aplica a remendar aparatos eléctricos que están de cambiar y a una poner una funda a llaves que gotean incensantemente.  En los tres ejemplos presentados más arriba, la "solución" se fue por lo fácil, ignorándose olímpicamente el problema raíz, sin pensarse que en cualquier momento se agrava y simplemente explota.  Así como esta casa imaginaria es el gobierno dominicano, siendo quizás la paradoja más grande que asumieron el poder hace poco más de un año vendiendo el sueño de un cambio imposible.  En políticos no se puede creer, pero la gente, sea por hastío, ignorancia o distracción digital, se creyó el cuento en esta ocasión y votó por un partido que se echó 20 años fuera del poder.  Habrá quien refute esta afirmación de los 20 años señalando que el PRM no lleva tanto

Entre la improvisación y la incompetencia

Para quienes no se han dado cuenta, hace rato entramos en el segundo año de la pandemia, y todavía nadie tiene la fórmula para lidiar exitosamente contra un virus camaleónico que cuando parece estar bajo control viene y ataca con variantes salidas de la nada, cada una más nefasta que la anterior.  Basta con leer las noticias para darnos cuenta de que el mundo sigue en crisis, desde Japón hasta Reino Unido, y mientras esto ocurre se insiste en la importancia de unas vacunas que la mayoría de la gente mira con recelo debido a la rapidez con que se desarrollaron y una serie de reportes de efectos secundarios que en ocasiones pueden ser fatales.  Sí. Segumos bajo dominio de la COVID-19 , y lo peor de todo es que nosotros como sociedad aún no aprendemos a convivir con un virus que amenaza con formar parte permanente de nuestra experiencia de vida.  Algo que ha hecho mucho daño en este aspecto es la propaganda en torno a las vacunas, pues si bien estas NO PREVIENEN CONTAGIO , autoridades de

Los divos tarde o temprano se revelan

A todos alguna vez nos ha pasado que tenemos que lidiar con una persona que se cree superior al resto, ya sea en materia de belleza, inteligencia o recursos, sobre todo monetarios.  Estas personas, atento a su superioridad percibida, se creen con la suficiente autoridad de entrar a cualquier lugar que se les antoje, y, ¿qué creen? Su comportamieno y actitud son a menudo suficientes para amedrentar a un personal de seguridad que no quiere líos ni tener que dar explicaciones a unos superiores que probablemente el divo de turno conoce.  En ambientes laborales o institucionales, estos divos hacen hasta lo imposible por adentrarse a las altas esferas, figureando en reuniones importantes, encuentros exclusivos y otros ambientes. Estas relaciones posteriormente son utilizadas para deslumbrar a potenciales conquistas y para mantener a raya al pelotón de insignificantes con los que tiene que lidiar en el día a día, gente de menor rango a la que no pueden despreciar porque les sirven para infini

La gente no tiene idea de qué tan tóxica y dañina puede ser

"Fulano es raro". "Mengana es una loca irracional". "Zutanito tiene problemas mentales". Poner etiquetas a la gente es muy fácil, pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado por qué pasa esto?  La mayoría de esas etiquetas, ya se trate de "tímido", "estúpido", "tonto", "loco" o "comparona" tienen su origen y su explicación en situaciones de la infancia y de la interacción en el día a día con la gente.  Para quienes tuvieron la mala fortuna de pasar una infancia donde los relajos y el hoy famoso "bullying" fueron la norma, los dos párrafos de más arriba hacen sentido.  Es mucha la gente dañada a nivel emocional por haber sido víctima de relajos imbéciles, de hermanos mayores abusadores, de amistades mañosas y compañeros de colegio que creían que se la estaban comiendo al poner motes y poner de relajo a quienes ellos consideraban los más débiles. ¿Por qué somos así? De entrada, la mayoría de la gente se

¿Cuándo fue que involucionamos tanto en la RD?

República Dominicana, país de ubicación geográfica estratégica, con abundantes recursos naturales y una historia digna de conocerse, es hoy apenas una sombra de lo que alguna vez fue y aspiró a ser, consumido por intereses particulares y la desidia de quienes lo dirigen y quienes aquí habitan.  Cierto es que la República Dominicana ocupa un sitial importante en la región de Centroamérica y el Caribe, donde es una de las economías de mayor importancia y crecimiento. Es igualmente cierto que somos referente a varios niveles, incluyendo, paradójicamente, el tecnológico.  Cierto también que en turismo llevamos años ocupando una posición envidiable, tanto que, si nos descuidamos, fácilmente nos pueden hacer daño para socavar la posición, como en efecto ha ocurrido.  Sí. República Dominicana es importante en su entorno y tiene muchas oportunidades de crecimiento y desarrollo digno, pero, internamente, vive un proceso de deterioro que no se puede ignorar ni negar.  Para poner un ejemplo, Sant