De Dilia Vicini para MONACO
Ya dentro de las ciudades el tránsito es un amor también. Todos los carriles están bien pavimentados y señalizados con sus respectivas rayas de división, así como semáforos que sí funcionan y policías que no interrumpen el tránsito en horas pico. Todas las calles con sus nombres y su señalización de si es de una vía o doble. Todo se complementa con letreros que indican los hoteles existentes en la zona y la ruta a tomar para llegar hasta ellos.
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Los semáforos peatonales funcionan y se respetan. El transeúnte allá es gente, y tiene preferencia por encima de los vehículos.
El sistema de transporte público es otro éxito. Los tickets de guagua se compran en un establecimiento donde venden periódicos y tienen duración de 70 minutos, lo que significa que se puede andar por una hora en la ciudad entera en diferentes guaguas con el mismo ticket. Estas guaguas se detienen es paradas especialmente diseñadas para los fines y cuentan con un botón que permite a los usuarios indicar que desea bajarse en la próxima parada. Con esto se ahorra un tiempo precioso.
Italia también cuenta con un sistema de metro que funciona en las principales ciudades. Cuando se está esperando por el tren, hay una pantalla en la cual se indica el tiempo en que llegará. Una vez llega a su destino, quienes eperan por el tren deben esperar a que salgan los que estaban. Todo esto es orden público.
Dentro de monumentos, iglesias y museos también hay reglas que deben cumplirse. Las autoridades en estos lugares avisan con anterioridad cuando no se pueden tomar fotos, cuando debe hacerse silencio o por donde pasar. Si el visitante no se fija en las indicaciones, de inmediato le llaman la atención.
Es de suponer que República Dominicana no se puede comparar con Italia porque se trata de un país de mucha cultura y de años de existencia. Pero también es de suponer que todo ese adelanto y orden es porque existen las autoridades pertinentes que realmente hacen cumplir las leyes y ciudadanos con calidad moral para cumplir con las mismas. Ojala tomemos lo bueno de estas culturas para beneficio de nuestro país y dejemos atrás el desorden y las malas costumbres.
El sistema de transporte público es otro éxito. Los tickets de guagua se compran en un establecimiento donde venden periódicos y tienen duración de 70 minutos, lo que significa que se puede andar por una hora en la ciudad entera en diferentes guaguas con el mismo ticket. Estas guaguas se detienen es paradas especialmente diseñadas para los fines y cuentan con un botón que permite a los usuarios indicar que desea bajarse en la próxima parada. Con esto se ahorra un tiempo precioso.
Italia también cuenta con un sistema de metro que funciona en las principales ciudades. Cuando se está esperando por el tren, hay una pantalla en la cual se indica el tiempo en que llegará. Una vez llega a su destino, quienes eperan por el tren deben esperar a que salgan los que estaban. Todo esto es orden público.
Dentro de monumentos, iglesias y museos también hay reglas que deben cumplirse. Las autoridades en estos lugares avisan con anterioridad cuando no se pueden tomar fotos, cuando debe hacerse silencio o por donde pasar. Si el visitante no se fija en las indicaciones, de inmediato le llaman la atención.
Es de suponer que República Dominicana no se puede comparar con Italia porque se trata de un país de mucha cultura y de años de existencia. Pero también es de suponer que todo ese adelanto y orden es porque existen las autoridades pertinentes que realmente hacen cumplir las leyes y ciudadanos con calidad moral para cumplir con las mismas. Ojala tomemos lo bueno de estas culturas para beneficio de nuestro país y dejemos atrás el desorden y las malas costumbres.
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