La Dirección de Control de Precios de la Secretaría de Estado de Industria y Comercio necesita ser reforzada en la actitud de los inspectores que van a las calles con la misión de ofrecer al ciudadano un servicio que refleje el interés expreso del Presidente de la República en el sentido de mantener a raya a los especuladores y agiotistas. ¿Quién dice que los detallistas son incontrolables? Hay quienes creen que los mayoristas son los que deben fijar los precios, y no es así, aunque se sabe que todos venden para ganar.
En fin, todos compramos o vendemos algo, sea ropa, calzados, detergentes, accesorios, servicios o lo más importante: alimentos y medicinas. Lo que conviene a todos es que se establezca un control efectivo en los márgenes de beneficios partiendo de los precios fijados por el Gobierno y la supervisión de las unidades creadas para dichos propósitos.
Por otro lado, no se siente el resultado del tratado de libre comercio DR-CAFTA y el pueblo consumidor espera recibir los beneficios en la medida en que así se están produciendo. Industria y Comercio debe garantizar precios justos en relaciones con productos nacionales. De algo deben servir las facilidades ofrecidas a los productores vía el Banco Agrícola y otras instituciones crediticias del sector oficial a través del las carteras de prestamos.
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