Por una serie de factores psicológicos, sociales y culturales, cada persona tiene una manera particular de comportarse. Aún así, hay normas y reglas de comportamiento que aplican a todos según el momento y las circunstancias.
Tomemos el ejemplo de las conversaciones por teléfono, pero no esas que se dan entre amigos, sino aquellas que tienen que pasar por varios niveles antes de llegar al punto deseado. Cuando se llama a una tienda, restaurante o cualquier otro sitio de servicios, se espera que le atiendan de manera cordial. Por igual, se espera que quien llama lo haga con decencia y cordialidad.
Cierto, a veces suceden situaciones que propician un comportamiento menos que adecuado por el teléfono, pero donde la cosa se pone grave es cuando se juntan ignorancia y arrogancia al mismo tiempo. Me explico: hoy recibo una llamada en mi oficina, la cual contesto con el típico saludo de "buenos días". La persona al otro extremo ni siquiera se percató del saludo y de inmediato se val al grano "Quiero hablar con una autoridad".
Tras preguntar con quien hablaba (se rehusó a indentificarse) y explicarle que no sería posible complacerle en su petición, procede a explicar el motivo de su llamada: tiene un documento (emitido por la oficina donde trabajo) en sus manos y desea saber "que'jeso de la 'ronda de Doja'" (sic).
Le explico que esa información aparece en Internet, que puede usar Google para los fines. De muy mala manera dice que no, que eso no es verdad (sic). Tras darle un overview de lo que es la Ronda de Doha, insiste en qué es "Doha", a lo que procedo a decirle que es la capital de Qatar.
No conforme con buscarle la quinta pata al gato, procede a quejarse de que ese documento menciona al director general de la FAO, que por qué no se le puso su nombre y ya. A seguidas, trancó el teléfono. Sin duda estamos expuestos a toda clase de situaciones desagradables por teléfono, atento a aquello de que no estamos viendo al interlocutor. Urge que retomemos las clases de Moral y Cívica, porque se está perdiendo todo.
Así es, Rocío. Ya es difícil encontrar delicadeza y amabilidad en una conversación telefónico, más cuando desde un lugar de servicios a todo mundo. Escuché por ahí que se van a retomar las clases de Moral y Cívica. Ojalá y sea cierto.
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