Foto: Diario Libre
La escena fue una que nunca imaginé: agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) retirando vehículos estacionados en la calle Rafael Augusto Sánchez el pasado martes, una de las vías que bordea la Plaza Acrópolis.
La escena fue una que nunca imaginé: agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) retirando vehículos estacionados en la calle Rafael Augusto Sánchez el pasado martes, una de las vías que bordea la Plaza Acrópolis.
A pesar de que la referida plaza cuenta con un parqueo bastante amplio, mucha gente, sea por ahorrarse los 60 pesos que cobran (sale gratuito por consumo en tiendas y el cine) o porque resulta incómodo (tiene mal diseño), prefiere parquearse en las calles aledañas. El resultado es un caos permanente, con todo y que hay letreros que prohiben estacionarse allí.
El resultado del operativo del martes no se hizo esperar: nunca se había visto tan limpio ese tramo de la calle. Tan solo puedo imaginarme el susto que se llevaron quienes acostumbran a parquearse ahí al no encontrar sus respectivos vehículos. Bien por AMET, acciones como estas se necesitan para poner orden y de paso enseñar una lección a quienes violan la ley.
La labor de AMET no debe limitarse solo a poner multas, la misma debe ir acompañada de una buena dosis de educación respecto a las leyes que rigen el tránsito y la importancia de cumplir con las mismas.
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