De Manuel Díaz Aponte para MONACO
Por años fue la postal más simbólica en las calles de San Pedro de Macorís, especialmente alrededor del parque Juan Pablo Duarte, donde era habitual apreciar una hilera de hasta treinta coches.
Pero ya hoy no existen, se fueron los coches para ser reemplazados por microbuses y muchísimos, pero muchísimos motoconchos. Es quizás uno de los pueblos de República Dominicana con mayor número de motocicletas transportando pasajeros por calles y avenidas.
¿Dónde están los coches de la serie 23? Están en servicio en la zona turística de Juan Dolio y Guayacanes, otros en el complejo de Bávaro y algunos se fueron más lejos, hacia la Novia del Atlántico, Puerto Plata.
En realidad, esos carruajes movidos por la fuerza y valor del caballo representaban un hermoso atractivo para los visitantes nacionales y extranjeros que venían a Macorís. Lástima que las autoridades del Ayuntamiento Municipal no hagan nada para volver a establecer este sistema de transporte.
El síndico Tony Echavarría debe disponer de un nuevo servicio de coches en el casco urbano macorisano, de manera que los turistas tengan una opción diferente para movilizarse hacia las áreas de mayor atracción de la ciudad.
Así como el Gobierno que encabeza el presidente Leonel Fernández logró rescatar y hermosear la catedral San Pedro Apóstol, lo mismo debería hacer la administración del PRD que controla el cabildo local con los coches.
San Pedro de Macorís ha tenido etapas de esplendor que muchos recuerdan, especialmente hacia las décadas del 20, 30 y 40, cuando la industria azucarera era el bastión principal de la economía nacional. Con ello, no sólo creció el comercio de la provincia, sino además el arte, cultura y deporte. Precisamente, en estas tres áreas lograron sobresalir destacados exponentes que se proyectaron más allá de las costas del Río Higuamo.
Los hermanos Deligne, Antonio Zaglul, Ricardo Joseph, Chico Conton, Bienvenido Bustamante y don Pedro Mir, entre otros, representan esa generación de petromacorisanos sobresalientes.
El patrimonio cultural de San Pedro de Macorís se cae a pedazos y es urgente rescatar los históricos edificios del pasado siglo. En las calles Sánchez, Duarte y avenida Juan Amechazurra se pueden apreciar todavía algunos de esos edificios, reflejo elocuente del esplendor y progreso en que vivió esa provincia.
Pero ya hoy no existen, se fueron los coches para ser reemplazados por microbuses y muchísimos, pero muchísimos motoconchos. Es quizás uno de los pueblos de República Dominicana con mayor número de motocicletas transportando pasajeros por calles y avenidas.
¿Dónde están los coches de la serie 23? Están en servicio en la zona turística de Juan Dolio y Guayacanes, otros en el complejo de Bávaro y algunos se fueron más lejos, hacia la Novia del Atlántico, Puerto Plata.
En realidad, esos carruajes movidos por la fuerza y valor del caballo representaban un hermoso atractivo para los visitantes nacionales y extranjeros que venían a Macorís. Lástima que las autoridades del Ayuntamiento Municipal no hagan nada para volver a establecer este sistema de transporte.
El síndico Tony Echavarría debe disponer de un nuevo servicio de coches en el casco urbano macorisano, de manera que los turistas tengan una opción diferente para movilizarse hacia las áreas de mayor atracción de la ciudad.
Así como el Gobierno que encabeza el presidente Leonel Fernández logró rescatar y hermosear la catedral San Pedro Apóstol, lo mismo debería hacer la administración del PRD que controla el cabildo local con los coches.
San Pedro de Macorís ha tenido etapas de esplendor que muchos recuerdan, especialmente hacia las décadas del 20, 30 y 40, cuando la industria azucarera era el bastión principal de la economía nacional. Con ello, no sólo creció el comercio de la provincia, sino además el arte, cultura y deporte. Precisamente, en estas tres áreas lograron sobresalir destacados exponentes que se proyectaron más allá de las costas del Río Higuamo.
Los hermanos Deligne, Antonio Zaglul, Ricardo Joseph, Chico Conton, Bienvenido Bustamante y don Pedro Mir, entre otros, representan esa generación de petromacorisanos sobresalientes.
El patrimonio cultural de San Pedro de Macorís se cae a pedazos y es urgente rescatar los históricos edificios del pasado siglo. En las calles Sánchez, Duarte y avenida Juan Amechazurra se pueden apreciar todavía algunos de esos edificios, reflejo elocuente del esplendor y progreso en que vivió esa provincia.
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Foto cochero: Flickr (exfordy)
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