De neurosis se puede calificar lo que está ocurriendo con los mercados financieros, específicamente a nivel de las bolsas de valores, donde el nerviosismo colectivo ha traido consigo una ola de inestabilidad que pareciera no tener fin.
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A pesar de haber empezado la semana con buen pie, llegando a subir el índice Dow Jones unos 936 puntos al cierre de la sesión del lunes, el entusiasmo pronto empezó a bajar por una serie de malas noticias que han llegado hasta los inversionistas.
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En efecto, los esfuerzos gubernamentales iniciados por Gran Bretaña y seguidos por Estados Unidos para evitar la quiebra de grandes bancos y de paso estimular la confianza se han visto opacados por reportes que indican un declive en las ventas al por menor y por los resultados financieros de grandes compañías como Citigroup y Ford, que reportaron pérdidas. Tales noticias tuvieron su impacto ayer en el Dow Jones, que declinó en 733 puntos, propiciando que las bolsas de valores de Europa y Asia abrieran hoy a la baja.
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La tendencia a la baja se mantenía hoy en el índice Dow Jones, que poco después de su apertura había bajado en más de 200 puntos en respuesta al fuerte deterioro registrado en la actividad manufacturera en el área de Filadelfia. Sin embargo, en base a reportes de variación nula en la inflación de septiembre y un leve declive en la tasa de desempleo, el Dow Jones ha ido recuperándose hasta el momento de este escrito.
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Que el Dow Jones cierre hoy al alza o con pérdidas mínimas no debe asumirse como una esperanza de que lo peor ya pasó. El principal ingrediente de esta crisis es el nerviosismo que suele acompañar a las malas noticias, y tratándose precisamente de tiempos difíciles a todos los niveles, los inversionistas no deberían esperar una abundancia de buenas noticias. Si ante señales poco halagüeñas sigue el nerviosismo, peores cosas esperan al mundo.
Ese es el problema de trabajar con dinero de inversionistas por acciones. Al no ser de ellos las empresas no les duelen y salen corriendo al primer indicio de problema.
ResponderEliminarMuy diferente al caso de una empresa de capital privado donde uno hace los sacrificios necesarios para mantenerla a flote.
Así es. Una parte importante de esta crisis es falsa, inflada por el pánico.
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