Foto: Flickr (Mandragora)
La vida está llena de sorpresitas, algunas agradables, otras no tanto. Noticias inesperadas, incidentes absurdos, reencuentros, competencias y cosas del azar definen la existencia de cada persona. En todo caso es importante saber reaccionar con calma, sobre todo cuando se está en aprietos.
La vida está llena de sorpresitas, algunas agradables, otras no tanto. Noticias inesperadas, incidentes absurdos, reencuentros, competencias y cosas del azar definen la existencia de cada persona. En todo caso es importante saber reaccionar con calma, sobre todo cuando se está en aprietos.
Cada persona reacciona de una manera diferente ante distintas situaciones: algunos se emocionan demasiado, otros lo cogen muy suave y otros sencillamente actúan por impulso. A veces salen noticias de personas que sufrieron un infarto mientras veían un partido de deporte, lo que nos da la idea de que las emociones demasiado fuertes pueden traer problemas, a veces irreparables.
Hoy fui testigo de un caso de pérdida de documentos donde el dueño reaccionó de una manera bastante violenta: con gritos y saltos que le llevaron a un estado de paroxismo, situación que provocó la preocupación y el pánico de todo aquel que se encontraba en los alrededores. En lo que llegaba la seguridad del lugar, algunas personas trataron de auxiliar al sujeto, pero este no cesaba de gritar.
Sin embargo, al llegar la seguridad, el sujeto recobró la cordura y de paso recordó que había dejado sus documentos en su vehículo... tanto show para nada. Algunos de los presentes reaccionaron indignados, otros trataron de comprender las acciones del sujeto, quien se alejó raudo y veloz, quizás abochornado por sus actos.
Es posible que después del episodio de hoy esa persona que dio sus documentos por perdidos lo piense dos veces antes de armar un escándalo en público. De igual forma, es posible que deje de frecuentar el lugar del incidente, para evitar toparse con miradas acusadoras.
La lección es clara: hay que mantener la cabeza fría y actuar en consecuencia.
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