Foto: El Nacional
Lo que hacen los dueños del país, con Juan Hubieres a la cabeza, es una falta de respeto a los usuarios del mal llamado transporte público, que de público tiene muy poco.
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Los desórdenes en ese sentido empezaron la semana pasada, cuando Hubieres decidió hacer un paro sorpresa en demanda de las líneas alimentadoras del Metro. Cientos de pasajeros varados, que llegaron tarde a sus trabajos, fue el resultado de esta niñada. Claro está, las consecuencias no se quedaron ahí, porque llegar tarde al trabajo significa en muchos casos menos productividad, por lo que se puede concluir que el país salió perdiendo, como siempre. A los reclamos de Hubieres más tarde se le unió sus esposa con una marcha que provocó el cierre de varias calles aledañas al Palacio Nacional y un buen tapón.
En esta semana, las cosas parecen ir por el mismo camino. El lunes hubo un paro, ayer hubo varios, todos orquestados por la Federación Nacional de Transporte 'La Nueva Opción'-FENATRANO- ("la mala opción", más bien), el organismo que dirigie Hubieres y a través del cual se ha hecho prácticamente millonario. Al paro de ayer en Santo Domingo se sumaron otros en Baní, Ocoa y San Cristóbal, lo que dio lugar a caos y desórdenes de varios tipos.
Aunque aparentemente no guarda relación alguna con los reclamos de FENATRANO, hoy en Higüey-Bávaro-Punta Cana hubo otro desorden, esta vez armado por la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) junto a más de 80 organizaciones sindicales, turísticas, transportistas, juntas de vecinos y empresarios en demanda de acciones ante el estado de abandono y arrabalización de ese destino turístico.
Está bien que se demande el acondicionamiento de las ciudades y comunidades de polos turísticos, porque lo cierto es que dan asco la mayoría de las veces (tan solo fíjense en Santo Domingo, Higüey, San Pedro de Macorís y Samaná para que se tenga una idea), pero hay que buscar otros mecanismos que resulten menos traumáticos. El pueblo sale con todas las de perder cuando se arman estos desórdenes.
Con respecto a Hubieres, cualquiera se pregunta qué es lo que esperan para trancarlo.
Lo que hizo Hubieres, con el paro-sorpresa, es un mal indicio, pues otros sindicatos lo pueden copiar.
ResponderEliminarLas autoridades no deberian permitir que ningun sindicato que preste un servicio público y necesario como es el transporte, se vaya a huelga sin avisar con tiempo. Deberian implementar una regulacion o ley para impedir que las huelgas se conviertan en un relajo. Y no que es estemos en contra de las huelgas, pues es un derecho que tienen los sindicatos,
mas bien que se regularice y no se abuse, porque el ciudadano común es quien sale perjudicado
Así es, y lo que es peor, Hubieres se ha hecho de un dinero con estos desórdenes.
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