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RD en el futuro inmediato

Foto: Duarte 101
A propósito de declaraciones recientes sobre convertir a RD en el Mónaco del Caribe: ¿cuál será el presidente que va cambiar este rostro de miseria que exhibe la provincia Santo Domingo, desde el centro hasta la periferia?

Según fuentes confiables, el actual Gobierno se apresta a iniciar seis o más megaproyectos de infraestructura en el 2009, en los que se invertirán miles de millones de pesos. Estas obras siempre son para el bien colectivo, pero aprovecho este espacio para hacer una petición a las autoridades: pongan atención a los barrios.

Desde hace tiempo se habla de las dos caras de Santo Domingo, esa que exhibe la zona metropolitana del Distrito Nacional, con edificios altos, avenidas sembradas, residenciales y grandes plazas comerciales, y la que exhiben los barrios, donde en contraste las calles son polvorientas y no hay la menor señal de progreso.

Aún cuando el Distrito Nacional tiene la "cara bonita", la realidad es que hay una falta de mantenimiento terrible: bombillas quemadas por doquier, aceras rotas, basureros improvisados, parques en mal estado. Pero en los barrios, en la ciudad amurallada y en la ribera del Ozama la cosa es mucho peor. Es deprimente la vista aérea que nos ofrece Santo Domingo a medida que nos alejamos del Distrito Nacional. Si no lo cree así, dése un paseo en el Metro o coja el puente Mella para llegar hasta la Zona Oriental.
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En esos barrios, donde cientos de miles de personas humildes y trabajadoras conviven en casuchas y guarderías maltrechas, en condiciones infrahumanas, es que el Gobierno debería ejecutar grandes obras. Al mismo tiempo, mejorar la educación y dar participación activa a la comunidad, para que aprenda a valorar sus cosas.

El estado moderno que queremos amerita un nuevo enfoque en la política de construcciones de obras de infraestructura, con especial atención al caso de la vivienda. Hace falta la megaobra que en los próximo diez años le cambie el panorama visual a Santo Domingo y otra ciudades del interior.

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