Con cierta frecuencia se reviven los conflictos en la Franja de Gaza, un estrecho territorio de 41 kilómetros de largo que hace frontera con Egipto e Israel y que ocupa un área territorial de 360 kilómetros cuadrados.
Desde los tiempos del imperio Otomano, la Franja de Gaza ha sido escenario de los más variados conflictos, destacando la animosidad permanente con Israel, un caso que data desde 1929, cuando esta nación aún no existía y los judíos que residían allí fueron expulsados. Es bien conocido el dato de que el estado de Israel se fundó en 1948 y que su gente, los judíos, han sufrido toda clase de abusos a lo largo de la historia, siendo el holocausto el epítome de ello.
También debe notarse que los judíos tomaron al pie de la letra la promesa que hiciera Dios a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob en el sentido de que sus descendientes vivirían en un terreno que se extiende desde el río Egipto hasta el Eufrates, precisamente donde está ubicado Israel.
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Lo de Israel bien pudiera describirse como la lucha por hacer cumplir la palabra de Dios, y vaya si ha salido cara esa lucha. En el interín, la nación israelita ha adquirido la fama de ser una de las mejores a nivel de inteligencia militar y una de las más eficientes en lo que se refiere a la administración de sus recursos.
Esto queda a la vista cada vez que hay un coflicto, como ha pasado ahora en la Franja de Gaza: el ejército palestino Hamas, que actualmente controla ese pedazo de tierra, no tiene cómo responder a la milicia israelí. Lo peor del caso es que fue Hamas que provocó a Israel, aún a sabiendas de lo que venía. La pregunta es por qué lo hizo.
¿Habrá paz en el Medio Oriente algún día? De momento parece que no. Mientras tanto, en respuesta al conflicto, los precios del crudo han subido por encima de los 40 dólares. Qué bonito.
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En las imágenes: destrucción en la Franja de Gaza (BBC Mundo)
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