Escenas como la de este joven con aparentes problemas motores son relativamente comunes en las grandes avenidas de Santo Domingo: 27 de Febrero, Núñez de Cáceres, Kennedy (llegando a la carretera Duarte) y otras más.
Estas personas explotan al máximo sus deformaciones, haciendo énfasis sobre todo en su incapacidad de trabajar, con tal de recolectar algunas monedas en la calle y así sobrevivir al día. Se trata de casos que conmueven a más de uno: desde el ciego que no tiene donde vivir hasta el joven que perdió una pierna y anda a rastras, mendigando, como puede verse en la foto.
Qué triste el caso, ¿verdad? Duele tanto que muchos conductores nos vemos compelidos a darles cualquier ayuda. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones se trata de un engaño. Este joven de la foto, captado en la intersección de la calle Federico Henríquez y Carvajal con 27 de Febrero, pone en escena un drama muy convincente. Yo me cuento entre los cientos de personas que en algún momento le pasaron algo de dinero.
Qué triste el caso, ¿verdad? Duele tanto que muchos conductores nos vemos compelidos a darles cualquier ayuda. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones se trata de un engaño. Este joven de la foto, captado en la intersección de la calle Federico Henríquez y Carvajal con 27 de Febrero, pone en escena un drama muy convincente. Yo me cuento entre los cientos de personas que en algún momento le pasaron algo de dinero.
.
Adivinen qué: el 24 de diciembre, a eso de las 12:32 de la tarde y en esa misma intersección, vi cuando este joven se paró, con ambas piernas en exhibición, y se puso a caminar de lo más normal. Lástima que no pude tomarle una foto en ese momento.
Es increíble como esta persona prefiere malvivir de la limosna, cortándole la circulación a una pierna que está en perfectas condiciones con tal de aparentar lo contrario, pudiendo dedicarse a cosas más productivas.
Me recuerda un caso similar en San Juan, Puerto Rico donde viví por mucho tiempo. Un doctor se ofreció a hacerle de gratis una operación a un mendigo que tenía una curvatura muy pronunciada en su espalda.
ResponderEliminarEl "mendigo" se negó, diciendo al doctor que esa condición era lo que le permitía ganarse la vida de esa forma, ya que sin ella tendría que trabajar...