Lidiar con gente es una de las cosas más difíciles, por eso quienes aplican para puestos de servicio al cliente y otros afines deben ser necesariamente simpáticos y pacientes por naturaleza.
En el día a día nos topamos e interactuamos con muchas personas diferentes: en la casa, en el trabajo, en el consultorio, en la tienda, es más, en plena calle. A medida de vamos tratando com la misma gente, como, por ejemplo, en el trabajo, más aprendemos acerca de la naturaleza humana.
Desafortunadamente, la mayoría de las veces la gente saca lo peor de sí, y por ende las experiencias son bastante desagradables. Abunda la gente chismosa y envidiosa, que disfrutar de hacer daños a los otros esparciendo rumores dañinos. Luego está la gente que mete a cualquiera en problemas sin admitir culpa alguna (estos son peores que el chismoso). ¿Y qué hay del aprovechado, aquel que saca ventaja de todo y de todos, pero sin devolver un céntimo?
El arrimado es otra especie que abunda en oficinas, colegios y universidades. Sus aportes a cualquier cosa son mínimos, pero a la hora de la verdad se llevan todo el reconocimiento. El arrimado casi siempre tiene problemas para ser puntual y hasta para darle seguimiento a sus asignaciones. Ah, y para todo tiene una justificación.
Por sobre todas las cosas, lo que más abunda es la gente hipócrita, o gente falsa en buen dominicano. Son personas egoístas con las que no se puede contar para nada. Siempre tienen una excusa a la mano y critican aquello que no les conviene, aunque después hagan eso mismo.
Gente, hay que revisarse, porque a nivel de comportamiento y valores estamos feos.
Imagen: Flickr (rheanna2)
Rocio, que bien lo expresas. Uno pasa más tiempo con los compañeros de trabajo que con la familia. Y a veces nos toca trabajar con gente problematica, egoista, falsa, envidiosa, chismosa ect.Personas que son infelices y quieren hacer infelices a los demás. Pero, ¡Que vamos a hacer!
ResponderEliminarLamentablemente, no hay mucho que hacer.
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