Con el operativo desplegado por Colombia el pasado sábado, que culminó con la muerte en territorio ecuatoriano del número dos de las FARC, Raúl Reyes, se ha iniciado un proceso de tensión que involucra a Venezuela y Ecuador, países que ya han reforzado sus fronteras con Colombia y que han tomado acción a nivel diplomático.
Para mucha gente es causa de confusión esta reacción, sobre todo si se toma en cuenta que las FARC son responsables de muertes, secuestros e inestabilidad en territorio colombiano, siendo el caso más conocido el de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, de quien se dice está en muy mal estado de salud. Pero el asunto es mucho más delicado: Colombia traspasó la frontera con Ecuador, sin ningún permiso, y eso es grave. Para empeorar las cosas, se acusa al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, de tener vínculos con las FARC.
Venezuela, que recientemente ha logrado la liberación de rehenes por parte de las FARC, no solo ha condenado la muerte de Reyes, sino que ha advertido a Colombia de las consecuencias de traspasar sus fronteras con esta clase de operativos. Tan grave es la situación que la presidenta chilena es de opinión que Colombia debe una explicación, no solo a Ecuador, sino a toda la región.
¿Fue una buena movida la muerte de Raúl Reyes? No se sabe. Las FARC pueden reaccionar con más secuestros y matanzas. O lo pueden tomar como una advertencia. De cualquier manera, la situación de tensión tiene el potencial de extenderse por toda Latinoamérica y repercutir negativamente sobre otros países, incluyendo RD, que pertenece a algunos bloques regionales y será anfitrión esta semana de una importante cumbre en la que participarán Colombia y Venezuela.
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