Todavía la gente no aprende a comportarse en el Teatro Nacional, tal como lo observé el sábado cuando fui con la intención de disfrutar del Teatro Negro de Praga, maestros de la ilusión con la ayuda de un escenario totalmente a oscuras, colores lúminicos y recursos de pantomima y musicalización.
Si bien el espectáculo valió la pena, pues los sketches eran sumamente cómicos y transmitían un mensaje aleccionador en algunas ocasiones, el público echó a perder la concentración de muchos espectadores con una sinfonía de celulares que resultaba evidente en los momentos de silencio, los momentos en que justamente hay que prestar más atención para entender la trama.
Junto con los celulares imprudentes hubo mucha gente vestida de manera inapropiada, con jeans, tenis, camisas y carteras enormes. Igualmente algunos, como si se tratara de un juego o una película, hacían comentarios en voz alta.
Pero antes de comenzar el espectáculo, tres cosas me chocaron: la primera, comenzó con 15 minutos de retraso, y el clásico anuncio de que en 5 minutos comienza la función lo pusieron a las 8:40 (estaba pautado para las 8:30). La segunda, mientras esperábamos a que empezara la función se la pasaron anunciando la presentación en ese mismo escenario de Raphael de España, como si estuvieramos en presencia de una guagua anunciadora. Y tercero, no pusieron el habitual anuncio de apagar los celulares.
Lo único que no comparto es el hecho de que veas con malos ojos lo de "vestir de manera inapropiada". Yo siento que hay que ir sacándonos de la cabeza que para ir al TN hay que vestirse de etiqueta... Pero, claro, esa es mi opinión.
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