Tal como se había previsto, la situación de tensión suscitada entre Colombia, Ecuador y Venezuela a raíz de los acontecimientos del pasado 1º de marzo ha sido el tema a debatir en la XX Cumbre del Grupo de Río, prevista a finalizar antes de las 5 de la tarde con la declaración de Santo Domingo.
Los temas de energía, desastres naturales y desarrollo que estaban supuestos a debatirse y analizarse en esta Cumbre apenas han sido mencionados, siendo el presidente Leonel Fernández, anfitrión del evento, el único en expresarse formalmente respecto a los mismos en su discurso de apertura. Para algunos, como Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, es una pena que estos importantes temas se hayan dejado de lado por las diferencias surgidas entre tres países de la región.
Los temas de energía, desastres naturales y desarrollo que estaban supuestos a debatirse y analizarse en esta Cumbre apenas han sido mencionados, siendo el presidente Leonel Fernández, anfitrión del evento, el único en expresarse formalmente respecto a los mismos en su discurso de apertura. Para algunos, como Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, es una pena que estos importantes temas se hayan dejado de lado por las diferencias surgidas entre tres países de la región.Un punto álgido de la cumbre ocurrió cuando el presidente colombiano Alvaro Uribe tomó la palabra y reiteró sus acusaciones de que Ecuador alberga a tropas de las FARC, las que han lanzado ataques hacia Colombia desde ese punto, y de los supuestos nexos del gobierno de Rafael Correa con la guerrilla.
Las acusaciones fueron inmediatamente descalificadas por Correa, quien aclaró que los nexos con las FARC tienen por objetivo la liberación de rehenes ecuatorianos, al tiempo de expresar que esa guerrilla, pese a ser un problema de Colombia, ha costado dinero y vidas a sus vecinos, que han tratado de combatirla.
Al momento de escribir este artículo tenía la palabra Hugo Chávez, quien antes de hacer un recuento de la situación había pedido al presidente mexicano, Felipe Calderón, quien hoy recibe la Secretaría Pro tempore del Grupo de Río, a que convoque a una reunión extraordinaria para tratar el asunto energético, pues aquí no se va a dar ese debate.
Difícilmente el conflicto andino encuentre una salida en esta cumbre del Grupo de Río. Lo que sí resulta evidente es que las diferencias históricas aún prevalecen, se ha expresado el deseo de una sanción para Colombia, pero nadie quiere guerra ni desintegración. La última palabra sobre el caso quizás la tenga la OEA .
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