De claros matices pre-electorales es la huelga de tres días planeada para fin de mes por los médicos, quienes no se han conformado con los otros dos paros que han realizado en menos de un mes en reclamo de varias cosas, entre ellas un aumento salarial. Se asume que el llamado a huelga obedece a los acontecimientos de ayer, cuando la policía dispersó una marcha no autorizada que se dirigía hacia el Palacio Nacional.
El gran error de los médicos en el día de ayer fue haber unido fuerzas con otros grupos de presión que buscan lo suyo por igual, siendo estos Fenatrano y el Foro Social Alternativo (FSA), que hasta ahora ha probado ser un ente desestabilizador. Lo que se vio en televisión fue un gran desorden de gente con pancartas de los más variados temas que se desviaban de los motivos expuestos por los médicos.
Por si ya no tuvieramos suficiente con esto, los choferes de concho también han anunciado su intención de huelga y el presidente del Colegio Médico Dominicano anunció ayer que convocará a huelga general el próximo 9 de abril junto a FSA y Fenatrano. Por mucho que lo quieran negar, es difícil no hacer la conexión de estos intentos desestabilizadores con el hecho de que dentro de dos meses vienen las elecciones presidenciales.
Estos grupos anacrónicos parecen no comprender que la inmensa mayoría de los dominicanos está harta de sus huelgas, quejas y protestas. Queremos progresar, estudiar, trabajar, pero estos gremios a veces dificultan eso. Y que conste, todo el mundo tiene derecho a quejarse, pero hay maneras más efectivas de hacerlo. En cuanto a la actuación de la policía ayer, pudo haber sido menos agresiva, pero falta saber qué pasó exactamente para generar esa respuesta.
Ahora más que nunca se puede decir que la política es como un cáncer, se expande a todos lados y afecta a todos de una manera un tanto sigilosa.
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