Foto: Daily Mail
"Si usted quiere que algo se haga bien, hágalo usted mismo". Este refrán parece haber sido la inspiración de Jean Chapman, una británica de 47 años que se horrorizó una mañana al ver como el graffiti arruinaba su pintoresco pueblo.
Decidida a no permitir que se perdiera el encanto de Sudbury, un pueblito histórico de Gran Bretaña, y en vista de que las autoridades locales no daban abasto con el problema del graffiti por falta de fondos, Jean compró una máquina especial de limpieza -valorada en más de 13 mil dólares- y luego la donó al ayuntamiento local, que ahora se supone no tendrá excusa alguna para justificar el mal aspecto del pueblo.
Puede argumentarse que la solución no es comprar una máquina sino educar a la población para que deje atrás ese vandalismo que se ha ido regando por todo el mundo. El problema es que si la misma gente no pone de su parte, es difícil lograr esta hazaña. Mientras tanto, en lo que se resuelve ese caso, la doña de esta historia decidió buscar ella misma una solución, aún sea temporal.
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