Sea por culpa de la tecnología, porque hay demasiadas cosas que hacer o simplemente porque el Universo se está achicando, una cosa es cierta: el tiempo no da, una paradoja dada la abundancia de tecnología diseñada justamente para ahorrar tiempo. En medio de las responsabilidades de la oficina, compromisos profesionales, estudios y responsabilidades familiares suele quedar poco espacio para el ocio, entretenimiento y proyectos que normalmente dejamos “para después”, aún cuando se trate de cosas que nos apasionan o que necesitamos. Conscientes de que estamos postergando cosas y en general procrastinando, llega un momento en que enfrentamos una dura y triste realidad: el tiempo se va, y no se recupera. Una reflexión que se repite millones de veces cada día, con más frecuencia de la que pudiéramos imaginar. ¿Qué podemos hacer cuando nos damos cuenta de que perdemos el tiempo? Organizarnos. Planificar las cosas. Actuar en base a lo que tenemos y establecer metas. Hacer est
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.