El cambio es una paradoja cuando lo vemos en función de que ésta es una constante en la vida, aún cuando el propio concepto reniega de esa condición. Todos los días, pese a que las cosas parecen estar más o menos iguales, ocurren millones de diminutos cambios, los cuales sólo se hacen evidentes cuando miramos hacia atrás y aplicamos perspectiva. ¿A qué viene esta filosofía del cambio? A que para ser algo constante es a la vez algo muy deseado y buscado por gente que a menudo no tiene idea de lo que quiere. Peor aún, gente que no se percata de lo que ya tiene y que no analiza la impertinencia de buscar un cambio que, tarde o temprano, llegará solo, sin nadie buscarlo. El cambio es una constante universal. Es el fenómeno detrás de la evolución a través de las décadas en estudios, cotidianidad y estilos de vida. El fenómeno detrás de las ideologías que surgen a través de los siglos. El fenómeno que explica el mero acto de envejecer, al menos a nivel visual. Aún cuando es una constant
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.