República Dominicana es en estos momentos sinónimo de racismo y xenofobia, un lugar donde se irrespeta la dignidad de la gente y donde se cometen abusos de lesa humanidad. Esa, lamentablemente, es la imagen que tenemos actualmente, y la debemos a una situación que lleva décadas en desarrollo: la inmigración haitiana. Pese a lo complejo del tema, que tiene aristas económicas, históricas, políticas y hasta estructurales, la gente en todo el mundo se ha dado a la tarea de simplificarlo y tratarlo como un mero caso más de racismo, con todas las condenas y juicios superfluos que ello conlleva. Es muy fácil opinar desde una pantalla, a kilómetros de donde está la situación, sin tener conocimientos reales y tan sólo llevándose de información servida por terceros que es quizás tan ignorante de la realidad como el pensamiento de toda esa gente que gratuitamente acaba con un país que ni conocen ni les ha hecho nada. ¿Por qué lo hacen? Porque estas cosas son virales y la gente disfruta t
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.