El fin de año siempre se ha caracterizado por ser una época de derroches y excesos, como si no hubiese mañana. Muchos son los lamentos que se oyen en enero, cuando ya todo el brillo característico de la época navideña se ha esfumado. Enero trae consigo el inicio de un nuevo año, y, lejos de traer esperanzas, trae pesar a muchos que se pasaron de contentos con sus chelitos. La situación descrita aquí no es exageración. Hay gente que literalmente bota la casa por la ventana en navidad, hombres y mujeres gastan cantidades excesivas de dinero en ropas que sólo usarán el 31 de diciembre para despedir el año. Otros tantos beben alcohol como nunca y se dan una hartura similar a la del 24. Ahora bien, ¿por qué tiene que ser así? Es un asunto de cultura. Fin de año es solo algo simbólico, pues el tiempo como tal no existe. El tiempo fue inventado por la humanidad para llevar un registro de sus actividades, para planificar su día y cumplir con las metas que se ha trazado. Cierto es que el doble
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.