Imagen: COTO Report Para actuar estúpidamente no hay que ir muy lejos. Tan solo basta con tener la cabeza de adorno, y listo. Podrá parecer una sencillez, ganas de molestar o incluso una queja sin razón, pero lo cierto es que todos los días, en toda clase de situaciones, la estupidez hace acto de presencia en las más variadas formas. Veamos un ejemplo clásico: los tapones. Aún cuando hay factores que favorecen la formación de tapones a determinadas horas, hay ocasiones en que los tapones son armados por gente inepta al volante. A veces son imprudentes que quieren pasar de un extremo a otro, exhibiendo de paso un tigueraje terrible. Otras veces son personas que no saben qué es lo que quieren o que no saben manejar bajo presión y/o condiciones extremas. En cualquier caso, es increíble la cantidad de tiempo que hacen perder a otros. Dejando a un lado los tapones, veamos otra situación cotidiana que mucha gente ignora o hace mal: la planificación, ya sea personal o empresarial
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.