La pregunta obligada: ¿qué se busca con la campaña de descrédito que desde hace meses (años, en realidad) viene sufriendo la República Dominicana? Las conjeturas al respecto apuntan hacia un deseo de la comunidad internacional de que seamos nosotros quienes carguemos con la totalidad de los problemas de Haití, quizás por aquello de que compartimos la isla. Sólo así se explica el sadismo a la hora de acusar al pueblo dominicano de mantener a los haitianos en condiciones deplorables y hasta de esclavizarlos. Si bien es cierto que una buena parte de los haitianos no vive en las mejores condiciones, la honorable comunidad internacional ha obviado un factor importante: la mayoría de los haitianos está en el país de forma ilegal. En cualquier país, siendo Estados Unidos el mayor ejemplo, esto es motivo más que suficiente para deportar a la gente. Sin embargo, cuando RD ejerce su derecho en ese sentido, de inmediato la comunidad internacional condena la práctica. A todo esto, al dominicano lo
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.