En este mundo moderno, sobrepoblado e híperconectado es común sentirnos constantemente abrumados porque el tiempo simplemente no da. Entre redes sociales mentirosas que nos venden la idea de que si no somos perfectos hemos fracasado, gente más sensible de la cuenta y el afán de emprender algún proyecto porque si no lo hacemos no estamos en nada, nos vamos quedando efectivamente sin tiempo. A eso hay que añadir los tapones, trabajos demandantes, familia y compromisos y, ¡voilà!: tiempo esfumado. Una realidad de este tiempo es que se gasta demasiada energía valiosa en disparates, cómo competir con perfectos extraños, lidiar con gente tonta y chismes. Es hora entonces de priorizar y tomar en cuenta lo siguiente: 1. Lo que no deja beneficio, al zafacón. Puede ser un proyecto, una actividad, una costumbre, una amistad o la pareja. Si no aporta, pa’ fuera. 2. Mortificarse por el que dirán es un disparate. La gente tiende a juzgar sin antes averiguar. Al f
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.