Es más cliché que otra cosa, pero todo el mundo hace resoluciones para fin de año y este 2019 no es la excepción.
Suele ocurrir que esas resoluciones, propósitos y buenos deseos se las lleva el aire, pasan a mejor vida y quedan en el olvido. Tras los excesos y optimismo desbordado del fin de año rápidamente volvemos a la misma rutina, y, en el proceso, pasa aquello de que las resoluciones simplemente ya no están en el radar.
Si quieres un resultado diferente, tienes que hacer las cosas diferentes. Si no te satisface tu trabajo, explora otras opciones. Retoma viejos hobbies. Únete a algún club de intereses afines. Ahorra. Si el novio (o novia) da problemas, cámbialo, o, al menos exprésate a ver si captan la señal. Si tus amistades te irritan constantemente, deja eso. El mundo está lleno personas que vale la pena conocer. Si esto no te convence, adopta un enfoque solitario y analiza si te hace sentir feliz.
La felicidad está en uno. El lograr las metas, también. Hay que dejar atrás los complejos y lo pasado y hacer un esfuerzo por sacar el mejor provecho al porvenir.
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