Sin ninguna duda, República Dominicana es el país de las maravillas. Sólo así se explica que supuestos damnificados a los que el Gobierno entregó viviendas tras el desagüe de la Presa de Tavera, en Santiago, hayan vendido sus propiedades para volver a los sitios vulnerables de donde fueron sacados. No es la primera vez que esto ocurre, ni será la última. La pobreza en RD es algo especial, con unos matices que a veces no se entienden. ¿Cuántas veces no ha llamado la atención el contraste de una casa cayéndose a pedazos, pero con radio y bocinas último modelo? ¿Y qué hay de aquellos hogares donde no aparece leche para el niño, pero el ron está eternamente presente? No vayamos más lejos. Estos damnificados de Santiago reunieron dinero para el inicial de un carro que luego regalaron a una persona que supuestamente les ayudó en las asignaciones de viviendas. ¿Y entonces? Sobre esa gente que vive en lugares vulnerables es mucho lo que se ha escrito, y algo que no deja de llamar la atención e
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.