Santo Domingo probablemente sea una de las ciudades más sucias de América Latina, con vertederos improvisados en calles y avenidas, parques de chatarra al aire libre, áreas verdes ocupadas por vendedores ambulantes y tarantines en las aceras. Carros de concho y guaguas voladoras destartaladas completan una visual muy conocida por los habitantes de la ciudad.
Viendo el estado actual de la ciudad resulta difícil creer que en algún momento haya sido coronada como la más limpia de América. En nada ayuda el hecho de que la gente, sin importar el nivel social, tira la basura donde le da la gana. De nada ha valido la campaña montada por el síndico Roberto Salcedo cuando todavía Santo Domingo era una sola. Dicha campaña encerraba una gran verdad: la ciudad más limpia es la que menos se ensucia.
Pero la culpa de esta suciedad no es exclusiva de los ciudadanos. Los servicios de recogida de basura suelen ser ineficientes y las autoridades fallan en hacer cumplir las leyes. Ahora que estamos en plena temporada ciclónica muchos ciudadanos han tomado la iniciativa de podar sus árboles. El problema es que dejan la basura en la acera, para que desaparezca al tiempo.
Todos esos ramos y troncos, combinados con basura "normal" (restos de comida, papeles, etc.), constituyen guarida para ratones, cucarachas y demás alimañas. Además, obstruye el paso al peatón, que se ve obligado a tirarse a la calle. Por tratarse esta de una basura "especial", el Ayuntamiento solo se la lleva si se le hace un pago.
¿Quién pone el orden? Se supone que el Ayuntamiento es que otorga los permisos a quienes ocupan áreas verdes con venta de sillas y materiales, como ocurre en los alrededores del kilómetro 9 de la autopista Duarte. La salida/entrada a Santo Domingo por esta zona es algo deprimente, con la isleta sucia, rota y descuidada. Eso sin mencionar la cantidad de "negocios" que se dedican a recolectar chatarra por esa área, la cual está a la vista de todos.
¿Así es como queremos vivir? ¿Es esta la imagen que deseamos dar a los turistas que vienen al país? La verdad es que para ser este un país que vive del turismo se le da poca importancia al aspecto visual y a la educación ciudadana.
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