Todos de alguna forma u otra nos creemos mejores y superiores que el resto, ya sea a nivel de moral, conocimiento, solidaridad o sabiduría. La triste realidad es que ninguno es superior ni mejor que el otro. Todos tenemos defectos, todos tenemos debilidades y todos, absolutamente todos, cometemos errores. Cierto es qué hay gente con una filosofía de vida más sabia que la del otro, cierto es que hay gente más cálida y positiva que otros, pero ello no los hace mejores a nivel absoluto. Lo peor que una persona puede hacer es usar esa superioridad percibida para hacer sentir inferior al otro y hacerse ver como una especie de héroe imposible sin cuya ayuda o intervención ese otro estuviera perdido. Es un error igualmente dejarse manipular por ese tipo de acciones. Es necesario conocer y aceptar nuestros defectos, tener la suficiente humildad de saber reconocer un buen consejo y llevarnos del mismo oportunamente y, sobre todo, no caer en arrogancias. Sí. Hay gente superio