En términos generales, la gente no se lleva bien con otra gente. No importa que dos personas lleven años tratándose de cerca, y hasta conviviendo en el mismo espacio. Lo más probable es que surjan conflictos a lo largo del tiempo, algunos pasajeros, otros irremediables. Dicen que la clave de la armonía consiste en aceptar a los demás tal cual son. Hay cientos, miles quizás, de personalidades distintas que van más allá de la tradicional clasificación de extrovertido /introvertido. Lidiar con tanta variedad de gente requiere de altos niveles de tolerancia y paciencia. Ya que por nuestra naturaleza gregaria tenemos esa imperiosa necesidad de relacionarnos con gente, y porque la propia sociedad lo fomenta e impone, lo mejor que hacemos es aplicar el enfoque ermitaño. La propia sociedad impide ser ermitaño nato, a no ser que se sea totalmente autosuficiente. Aquí van algunas ideas derivadas de ese concepto que pueden implementarse en el día a día: 1. No
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.