Una virtud que últimamente escasea es la discreción. Ahora, quizás por efecto de las redes sociales y gente famosa sin méritos que expone los más íntimos detalles de su vida de manera descarada y pública sin siquiera inmutarse, lo que menos hay es comedimiento a la hora de decir o hacer cualquier cosa. Este asunto de la discreción va más allá de compartir demasiada información con el público para incluir situaciones más mundanas y cotidianas. ¿Qué es ser discreto? Contrario a lo que pudiera pensarse, no se trata solo de mantener un bajo perfil, sino de saber manejar situaciones inteligentemente y sin involucrar a más gente de la necesaria. Discreción es lo que se necesita al ocupar ciertas posiciones que manejan informaciones y data sensible y es un activo altamente valorado en instituciones financieras e investigativas. Discreción es igualmente lo que evita que información sensible nuestra caiga en las manos equivocadas. Los beneficios derivados de la discreción son num
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.