Estos tanques de colores están ubicados por los alrededores del kilómetro 13 de la Carretera Duarte, y el hecho de que no hay ni siquiera un muro de contención me hace preguntar qué pasaría si los tanques súbitamente pierden el equilibrio o si viene un viento fuerte. La respuesta es más que obvia: una catástrofe en plena autopista Duarte, pues una vez empiecen a rodar va a ser difícil que paren.
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.