Cuando inició la mal llamada revolución de los blogs 10 años atrás la promesa era democratización del contenido tanto por el lado de creación como de alcance. Pasado ese tiempo, y cuando ya no se habla de blogósfera ni cosa parecida, tenemos el resultado de esa famosa democratización: estamos inundados de miles y miles de páginas malas, sin contenido real, que de ñapa facturan más que aquellos sitios serios y organizados que se fajan a hacer un contenido de calidad que nadie aprecia. Tristemente, por aquello del efecto rebaño, esas páginas buenas, con contenido original y de calidad, son ordeñadas en medios como el nuestro por versiones baratas de páginas wannabe que, mediante uso de artimañas muy certeras, logran posicionarse en la preferencia de un público que no es capaz de discernir entre lo que sirve y lo que no sirve. El fenómeno descrito más arriba ha hecho bastante daño. No es solo que estamos inundados de desinformación y contenidos duplicados y hasta defor
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.