A todos alguna vez nos ha pasado que tenemos que lidiar con una persona que se cree superior al resto, ya sea en materia de belleza, inteligencia o recursos, sobre todo monetarios. Estas personas, atento a su superioridad percibida, se creen con la suficiente autoridad de entrar a cualquier lugar que se les antoje, y, ¿qué creen? Su comportamieno y actitud son a menudo suficientes para amedrentar a un personal de seguridad que no quiere líos ni tener que dar explicaciones a unos superiores que probablemente el divo de turno conoce. En ambientes laborales o institucionales, estos divos hacen hasta lo imposible por adentrarse a las altas esferas, figureando en reuniones importantes, encuentros exclusivos y otros ambientes. Estas relaciones posteriormente son utilizadas para deslumbrar a potenciales conquistas y para mantener a raya al pelotón de insignificantes con los que tiene que lidiar en el día a día, gente de menor rango a la que no pueden despreciar porque les sirven para infini
Reflexiones acerca de la existencia humana y de cómo la misma gente puede hacer la diferencia. Contenido original.