¿Eres una persona solidaria? A nadie le importa.
¿Te preocupas por los demás? A nadie le importa.
¿Eres inteligente y tienes buena capacidad de análisis? A nadie le importa.
¿Pones atención a los detalles? A nadie le importa.
¿Tienes buenos modales? A nadie le importa.
¿Antepones los intereses de los demás? A nadie le importa.
¿Eres puntual? A nadie le importa.
¿No juzgas? A nadie le importa.
¿Te preocupas por los demás? A nadie le importa.
¿Eres inteligente y tienes buena capacidad de análisis? A nadie le importa.
¿Pones atención a los detalles? A nadie le importa.
¿Tienes buenos modales? A nadie le importa.
¿Antepones los intereses de los demás? A nadie le importa.
¿Eres puntual? A nadie le importa.
¿No juzgas? A nadie le importa.
Vivimos en un tiempo donde se quieren imponer ideologías y filosofías a la mala, siempre en contra del sentido común, porque hay que ser disruptivos. Un tiempo en donde las necesidades y el tiempo del otro son inexistentes porque yo voy primero.
Un tiempo donde se exige tolerancia pero entonces no se tiene consideración alguna con el prójimo, donde los estereotipos se han distendido tanto que han pasado a ser burdas caricaturas, donde todo se vale y nada es nada.
Se vale ser arrogante, se vale ser infantil, se vale recurrir a cualquier medio con tal de lograr fama y notoriedad. Cualquier cosa es viral, aún sea por medio minuto, lo trivial es rey y cualquier challenge acapara más la atención que temas serios y de interés colectivo.
Todo se vale, y mientras más sórdido, mejor. Mientras más extremista y exagerado, mejor. Atrás han quedado el decoro, la elegancia, la privacidad los buenos modales, el sentido común. Todo eso resulta aburrido, pero, a nadie le importa a fin de cuentas.
Ahora todo se dice y todo se revela. No hay secretos, no hay límites de privacidad, no hay consideración, no hay calidad, no hay nada. Todo porque a nadie le importa. Réquiem.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.