La seguridad vial es tema de preocupación permanente en el país porque no hay una cultura de respeto hacia las leyes ni los derechos de peatones y conductores. Motoristas que aprovechan cada hueco, patanas que van excesivamente rápido, conductores que se pasan flagrantemente en rojo, violación a los pasos de peatón, bloqueo de intersecciones y guaguas "voladoras" son cosas que se ven a diario.
Para empeorar las cosas, las condiciones de las vías tampoco son las mejores. De repente se encuentra el conductor con una calle llena de hoyos, con basura, hombres trabajando (sin previo aviso), y, si es de noche, lo más probable es que esté a oscuras, bien por falta de electricidad o porque las bombillas están quemadas o porque sencillamente los postes no tienen bombillas (tal es el caso de la foto que acompaña a este artículo).
En un reciente viaje a Santiago noté que varios tramos de la carretera Duarte, específicamente a la salida de Santo Domingo y dentro del municipio de Pedro Brand, tienen postes de luz instalados, pero estos carecen de bombillas. No se trata solo de seguridad vial, la falta de iluminación es también propicia para los asaltos.
Si bien la iluminación y mantenimiento de calles, avenidas y carreteras corresponde a Obras Públicas, la otra mitad de la seguridad vial somos nosotros mismos. Es necesario que respetemos las leyes, estas no se hicieron para romperse impunemente a cada momento. También es nuestro deber no tirar basura a las calles, pues además de que afea el entorno, con el tiempo tapa los desagües y después nosostros mismos nos quejamos de que cada vez que llueve la ciudad se convierte en río.
Por supuesto, AMET debe asumir un papel más proactivo en cuestiones de leyes de tránsito. ¿Cuántas veces no hemos visto un AMET hacerse de la vista gorda ante una violación grave tránsito? Si se aplicaran las multas correspondientes, sobraría dinero para ejecutar obras de bien social que tanta falta hacen.
Por último, nosotros como ciudadanos debemos unirnos y exigir de Obras Públicas y otras dependencias afines el buen mantenimiento de las vías de tránsito, así no alegan desconocimiento.
Para empeorar las cosas, las condiciones de las vías tampoco son las mejores. De repente se encuentra el conductor con una calle llena de hoyos, con basura, hombres trabajando (sin previo aviso), y, si es de noche, lo más probable es que esté a oscuras, bien por falta de electricidad o porque las bombillas están quemadas o porque sencillamente los postes no tienen bombillas (tal es el caso de la foto que acompaña a este artículo).
En un reciente viaje a Santiago noté que varios tramos de la carretera Duarte, específicamente a la salida de Santo Domingo y dentro del municipio de Pedro Brand, tienen postes de luz instalados, pero estos carecen de bombillas. No se trata solo de seguridad vial, la falta de iluminación es también propicia para los asaltos.
Si bien la iluminación y mantenimiento de calles, avenidas y carreteras corresponde a Obras Públicas, la otra mitad de la seguridad vial somos nosotros mismos. Es necesario que respetemos las leyes, estas no se hicieron para romperse impunemente a cada momento. También es nuestro deber no tirar basura a las calles, pues además de que afea el entorno, con el tiempo tapa los desagües y después nosostros mismos nos quejamos de que cada vez que llueve la ciudad se convierte en río.
Por supuesto, AMET debe asumir un papel más proactivo en cuestiones de leyes de tránsito. ¿Cuántas veces no hemos visto un AMET hacerse de la vista gorda ante una violación grave tránsito? Si se aplicaran las multas correspondientes, sobraría dinero para ejecutar obras de bien social que tanta falta hacen.
Por último, nosotros como ciudadanos debemos unirnos y exigir de Obras Públicas y otras dependencias afines el buen mantenimiento de las vías de tránsito, así no alegan desconocimiento.
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