Es una realidad de estos tiempos caracterizados por lo "políticamente correcto" y la hipocresía que suele acompañar a ese fenómeno: todo, absolutamente todo, puede sacarse de contexto. Relajar con los amigos haciendo caras raras, y en particular extender la piel de los ojos para dar la apariencia asiática, puede considerarse un insulto hacia esa raza. Esto le pasó a Miley Cyrus, que publicó una foto así y se convirtió en todo un escándalo.
Hace un tiempo comenté por este mismo blog que en Inglaterra un ciudadano chino denunció al cantante de un pub por el simple hecho de que mientras cruzaba por el frente de ese negocio éste interpretaba la popular canción disco "Kung Fu Fighting". Parece mentira, pero eso pasó de verdad. También hemos visto cómo un congoleño ha llevado su lucha contra el racismo plasmado en el cómic "Tintín en el Congo" hasta la corte, una lucha en la que lleva al menos dos años ya. Si no fuera porque se trata de un cómic de 80 años atrás, quizás esta noticia no impactara tanto.
A veces da la impresión de que la gente se ha vuelto muy sensible, porque ahora casi cualquier cosa se convierte en un argumento válido para demandar. Claro está, no me refiero a República Dominicana, sino a países avanzados como Estados Unidos y algunos de Europa, donde la gente demanda hasta por ponerse gorda, como se vio hace unos años cuando varias personas quisieron demandar a McDonald's por ese asunto.
El tema del acoso sexual, además de figurar mucho en las demandas de tipo laboral, es uno que siempre genera controversias. La mayoría de las veces quienes demandan son mujeres, y si bien se se suele hacer justicia, las cosas se dificultan por una cultura que de manera conciente o subconsciente tiende a señalar a las propias mujeres como las culpables de esa situación, argumentando provocaciones y ese tipo de cosas. Pero, ¿y si fueran los hombres quienes demandaran por acoso sexual? ¿En qué se basarían? La respuesta es, al parecer, cualquier cosa.
Tómese de ejemplo el siguiente video, parte de una campaña publicitaria de la Asociación de Abogados de Finlandia. Aquí se muestra a una mujer comiendo una paleta de agua de manera exagerada enfrente de sus colegas masculinos, quienes quedan atónitos con la cantidad de muecas y ruidos que hace la susodicha. Al final, una sola pregunta: "¿Es esto acoso sexual? Tenemos la respuesta".
Quienes han visto el video han dejado comentarios expresando su parecer, la mayoría coincidiendo en que nadie come paletas de esa manera. Sin embargo, en estos tiempos, todo es posible. ¿Qué opinan ustedes? (Daily Mail)
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