Foto: Daily Mail
Nadie lo esperaba y de seguro a todos se les pusieron los pelos de punta. Un oso negro adulto entró a una pizzería por la puerta trasera y se puso a comer varios pedazos de pizza que encontró ahí, presumiblemente recién horneada y lista para ser servida.
El aboroto no se hizo esperar y llegó hasta los odios de los clientes de un bar situado enfrente de la pizzería, quienes lograron captar algunas imágenes del intruso, no muy buenas, eso sí, porque era de noche. Eventualmente las autoridades de control de animales llegaron y lograron que el oso se fuera por las buenas.
Esta historia, ocurrida en Columbia Británica, Canadá, me recuerda un relato que había a modo de lección de un libro para aprender inglés. Era más o menos esta la historia: un buen día llega un venado a un bar, se sienta y pide una cerveza ante la mirada atónita de clientes y el bartender. Una vez le ha servido su cerveza y la cuenta, el bartender se aventura a hablar con tan peculiar cliente y le dice que no es frecuente que lleguen venados hasta allí. Respuesta del venado: "bueno, a 40 dólares la cerveza, ¡NO DIGO YO!" Por ese lado, el oso definitivamente tuvo mejor suerte.
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