Imagen: mysafetysign.com
Los problemas son parte del diario vivir, y están en todas partes: en la casa, el trabajo, el centro de estudios, la vida personal y la calle. Es simplemente una quimera imaginarse una vida libre de problemas porque lo cierto es que son retos que aparecen en cualquier momento y que requieren de atención para ser superados. El éxito alcanzado en la resolución de un problema tiene mucho que ver con el enfoque dado al mismo.
Cuando se analizan problemas y se le buscan soluciones es común que gente y organizaciones se concentre en el corto plazo, obviando las causas que originaron el problema y concentrándose únicamente en resolverlo de inmediato. El resultado de esta forma de pensar y actuar es que el problema queda temporalmente resuelto, pero en cualquier momento puede resurgir, a veces con creces, otras veces de manera leve, pero ahí está, listo para atacar.
Si un problema se repite una y otra vez y siempre se le aplica la misma solución, entonces resulta evidente que algo está fallando, y normalmente el fallo es una cuestión de perspectiva por lo ya mencionado anteriormente. No es lo mismo concentrarse en solucionar un problema que concentrarse en estudiar sus causas y buscar la forma de reducir esas variables. Una buena analogía para entender el punto son los medicamentos: estos enmascaran una serie de síntomas, momentáneamente nos sentimos mejor, pero desde que se pasa el efecto, nos volvemos a sentir mal.
Es fácil perder de vista al largo plazo, sobre todo cuando trabajamos en sitios donde no hay planificación ni un orden debidamente establecido de jerarquías, funciones y objetivos. Este asunto de la perspectiva y la visión a largo plazo es la causante de muchos disgustos y dolores de cabeza, tanto a nivel laboral como personal. He visto el caso de gente que por no gastar 1,500 ó 2,000 mil pesos en un UPS después tienen que gastar 30,000 o más para reponer la computadora que se dañó en medio de un apagón.
Cuando se analizan problemas y situaciones, la perspectiva jamás debe perderse. Concentrarse en el corto plazo es un error que puede salir muy caro en ocasiones. Es lo que en Estados Unidos y otros países de habla inglesa se conoce como "the big picture". Es como para tomarlo en cuenta.
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