Jaime David Fernández Mirabal está pasando por momentos a los que deben dárseles el curso real de lo sucedido. Un error involuntario de una pareja de jóvenes que nunca imaginó el costo de tan oscura desición al devolverse por una gorra que les llevó la brisa... que arrancó la vida.
Esperamos el buen desenvolvimiento de los aseguradores del caso en cuestión y la justa aplicación de la ley de tránsito terrestre.
Jaime se une al dolor de la enlutada familia, dando apoyo en todo momento, hasta reconfortarla y lograr el entendimiento, aunque sabemos que nada llenará la ausencia. Confiamos plenamente en su palabra y en el compromiso frente a la verdad y tanta gente que se han unido en solidaridad.
El tiempo, solo el tiempo, se encargará de todo y hará posible un reencuentro que refriegue y alcanfore nuestro yo interno.
Esperamos el buen desenvolvimiento de los aseguradores del caso en cuestión y la justa aplicación de la ley de tránsito terrestre.
Jaime se une al dolor de la enlutada familia, dando apoyo en todo momento, hasta reconfortarla y lograr el entendimiento, aunque sabemos que nada llenará la ausencia. Confiamos plenamente en su palabra y en el compromiso frente a la verdad y tanta gente que se han unido en solidaridad.
El tiempo, solo el tiempo, se encargará de todo y hará posible un reencuentro que refriegue y alcanfore nuestro yo interno.
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