Ayer, alrededor de las 5:30, la pasajera del carro Opel Astra color azul, placa A222357, tiró a la calle el cigarrillo que había estado fumando en ese momento. Esto sucedió en la intersección de la avenida Winston Churchill y la calle Rafael Augusto Sánchez, en medio de un enorme tapón. Si la dirección no le dice nada, esto fue frente a Acrópolis, en pleno centro de la ciudad.
Minutos más tarde, en la calle Rafael Augusto Sánchez, donde había el mismo tapón, una joven inesperadamente le dio paso a un conductor que había estado parqueado en el extremo derecho de esa calle. Los bocinazos no se hicieron esperar, pero la joven no perdió tiempo en aprovechar el espacio que se había despejado para parquear su vehículo, provocando aún más irritación entre los conductores que tenían rato tratando de circular por esa vía.
Haciendo aparente caso omiso a las bocinas que le tocaban, hizo una serie de maniobras complicadas para parquear el vehículo en condiciones precarias, donde el espacio era escaso. En par de ocasiones estuvo a punto de chocar a quien escribe, lo que motivó repetidos bocinazos. ¿Lo mejor de la historia? La insolente joven -que manejaba un carro rojo sin mucha pericia- se ofendió, bajó su vidrio y me lanzó una serie de improperios.
Señores, hay que usar el sentido común. Presumiblemente esta persona iba para Acrópolis, donde hay un parqueo bastante amplio, pero muchos, ya sea porque no quieren pagar los 40 pesos que cobran o porque les resulta incómodo, prefieren parquearse en las calles aledañas, provocando un verdadero infierno para los que transitan por allí.
Si hay tapones y poco espacio, use el sentido común y siga su ruta. No se puede paralizar el tránsito porque sí, porque le dio la gana a alguien de parquearse a la mala en la calle. Hay que aaprender a respetar: las calles son para circular, no para hacer piruetas ni estacionarse.
Minutos más tarde, en la calle Rafael Augusto Sánchez, donde había el mismo tapón, una joven inesperadamente le dio paso a un conductor que había estado parqueado en el extremo derecho de esa calle. Los bocinazos no se hicieron esperar, pero la joven no perdió tiempo en aprovechar el espacio que se había despejado para parquear su vehículo, provocando aún más irritación entre los conductores que tenían rato tratando de circular por esa vía.
Haciendo aparente caso omiso a las bocinas que le tocaban, hizo una serie de maniobras complicadas para parquear el vehículo en condiciones precarias, donde el espacio era escaso. En par de ocasiones estuvo a punto de chocar a quien escribe, lo que motivó repetidos bocinazos. ¿Lo mejor de la historia? La insolente joven -que manejaba un carro rojo sin mucha pericia- se ofendió, bajó su vidrio y me lanzó una serie de improperios.
Señores, hay que usar el sentido común. Presumiblemente esta persona iba para Acrópolis, donde hay un parqueo bastante amplio, pero muchos, ya sea porque no quieren pagar los 40 pesos que cobran o porque les resulta incómodo, prefieren parquearse en las calles aledañas, provocando un verdadero infierno para los que transitan por allí.
Si hay tapones y poco espacio, use el sentido común y siga su ruta. No se puede paralizar el tránsito porque sí, porque le dio la gana a alguien de parquearse a la mala en la calle. Hay que aaprender a respetar: las calles son para circular, no para hacer piruetas ni estacionarse.
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