¿Gente o conejillos de indias?



Gente experimentado sobre gente. El fenómeno ha ocurrido por décadas, y si bien se trata de algo hasta cierto punto aceptado en el mundo de la medicina, la cosa adquiere matices más oscuros cuando se discrimina a ciertas razas o se persiguen objetivos criminales.

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El más famoso ejemplo de experimentos crueles sobre humanos está estrechamente ligado a la Alemania nazi: de entre tanta gente malvada, uno sobresalió por encima del resto, el doctor Josef Mengele, alias el angel de la muerte, obsesionado con la idea de crear una raza aria de calidad superior.

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De especial interés resultaban a Mengele los gemelos y mellizos, ya que de esta manera podría acelerar su proceso de creación de la raza perfecta. Como parte de sus "estudios", Mengele hizo toda clase de experimentos tortuosos sobre niños judíos que habían caído en las redadas nazi. A una buena cantidad trató de cambiarles la coloración de los ojos de marrón a azul (sin ningún éxito, claro está), en otros casos hacía transfusiones de sangre y llegó a coser a un par de gemelos, nada más para ver qué pasaba.

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Estados Unidos no se queda atrás en estos asuntos. Este viernes la secretaria de Estado Hillary Clinton y la secretaria de Salud Pública, Katherine Sebelius, se vieron forzadas a emitir una disculpa pública a la nación de Guatemala luego de que saliera a la luz pública que de 1946 a 1948 científicos estadounidenses inyectaron con enfermedades venéreas a 696 pacientes mentales guatemaltecos. Lo peor del caso es que eso se hizo con la anuencia del gobierno de Guatemala, dizque para ver como esas enfermedades se comportaban en gente con distintas formas de demencia (!)

También obra de Estados Unidos es el infame Estudio Tuskegee, que involucra el uso y abuso por parte de científicos estadounidenses de 399 hombres negros de Mobile, Alabama, que desconocían estar infectados de sífilis (nunca les dijeron la verdad, solo que tenían "sangre mala"). En vez de hacer el tratamiento correspondiente, los responsables del estudio dejaron que la enfermedad siguiera su curso para "monitorear el avance de sífilis en el hombre negro". A cambio estos hombres recibían comida, exámenes médicos y la cobertura de sus gastos funerales una vez murieran.

Por último, Estados Unidos, a través de la agencia de inteligencia central (CIA), también parece estar involucrado en el caso de locura colectiva que consternó al mundo en 1951, cuando los residentes de Pont-Saint-Esprit (Francia) se volvieron locos sin razón aparente.
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En aquel entonces se echó la culpa a un panadero local, pues se supuestamente se determinó que usó harina de centeno contaminada del hongo de donde deriva la famosa droga alucinógena LSD. Sin embargo, unos documentos clasificados de la CIA, descubiertos por el periodista estadounidense Hank Albarelli, cuentan otra historia, una en la que el jefe del proyecto que control mental de agencia, Sidney Gottlieb, juega un papel central. Y vaya casualidad, el doctor Gottlieb estaba obsesionado con los efectos del LSD para fines de controlar las mentes de pueblos enteros.  

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En la imagen: víctimas de experimentos de Mengele (auschwitz.org)