"Perredeístas irrumpen en oficinas ayuntamiento Santo Domingo Norte y rompen mobiliario". No se trata de un cuento o un chiste, sino de una noticia real. ¿El motivo de tanto salvajismo? Dos cosas: 1) estos perredeístas reclaman que no han sido nombrados en ese ayuntamiento, según promesas hechas en campaña, y 2) los que si están nombrados no han cobrado desde agosto.
Los reclamos incluyeron el destrozo de al menos 2 oficinas e intentos de incendiar otra, cosa que milagrosamente fue impedida. Cosas irracionales como estas tan solo demuestran que no hay cosa más rebusera y bruta que un político. ¿Quién le ha dicho a esta gente que es obligatorio que le consigan trabajo a la mala en instancias del gobierno?
Por cosas como estas es que no hay continuidad en nada de lo que se propone el Gobierno, pues históricamente los sitios son ocupados según el incumbente de turno. También por cosas como estas es que la República Dominicana es un país eminentemente politizado, donde la gran mayoría aspira a un carguito en el gobierno, aún sea barriendo el patio de una escuela pública. Después de todo, lo importante es entrar entrar en la nómina gubernamental, después de ahí se usan las conexiones para llegar más lejos, ¿no es así?
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