Foto: autoviaa50.com
Aún cuando el Gobierno decidiera congelar los precios de los combustibles por un par de semanas, se sabía que tarde o temprano vendría un considerable aumento, pues estos precios dependen de la cotización a nivel internacional del barril del petróleo, que en días pasados alcanzó los 135 dólares.
Se sabía que la decisión del Gobierno de absorber este impacto por unas semanas era una estrategia con fines electorales, estrategia que hubiese sido igualmente aplicada por el PRD, el PRSC o cualquier otro partido estando en el poder. Las quejas, amenazas y críticas están de más en este caso, pues estamos frente a una verdadera crisis petrolera basada meramente en especulación.
Todos sabemos que el Gobierno no puede congelar los precios de los combustibles indefinidamente, pues en poco tiempo se acabarían los recursos. Igualmente resulta imposible mantener y/o aumentar los subsidios por ese concepto. El camino que queda a las autoridades es revisar el proceso mediante el cual se fijan estos precios y modificar alguno de sus componentes, siendo el más plausible de ellos el impuesto que aplica a los combustibles, una medida establecida por el ex presidente Balaguer para enfrentar la deuda externa.
A pesar de todas las críticas generadas, el Metro de Santo Domingo, bajo el concepto de que es un medio de transporte masivo, puede contribuir a reducir la factura petrolera del país. A esto se unen varios proyectos de energía alternativa que están en desarrollo, entre ellos la implementación de gas natural y la producción del controversial etanol.
Poner en práctica todas estas alternativas toma tiempo y requiere de recursos. En lo que se investigan formas de rebajar los impuestos y se logran otros acuerdos para mitigar el impacto del alza del petróleo, la gente puede, de manera individual, tomar sus propias medidas. Este momento de crisis requiere de una mejor coordinación de actividades y de un cambio en la mentalidad. Es hora de dejar de comprar yipetas, Hummers y demás vehículos tragones de gasolina dizque por aquello del estatus. Mientras más eficiente y compacto el vehículo, mejor.
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