Hoy, 1º de mayo, además de conmemorarse el Día del Trabajo, entramos en la recta final de un proceso electoral que cada día más parece un circo. Después del 16 de mayo, si queda definido el panorama en primera vuelta, los dominicanos tendremos un descanso de las protestas sin sentido, las acusaciones mutuas, los discursos agoreros y los anuncios malos, que en esta ocasión han sobrepasado los límites.
El Día del Trabajo no puede dejarse pasar por alto, pero en vez los mensajes bonitos de siempre, en los que suele mencionarse la dignidad del trabajo, es mejor hacer un análisis a nivel general, en todos los sentidos.
¿Qué es un trabajador? Difícil de contestar, pero en cada contexto, queda claro que el trabajo no se hace sin personas. En empresas de servicios y bienes, ya sean públicas o privadas, la gente es el principal activo. Sin embargo, a menudo el personal es maltratado por falta de políticas claras en el área de recursos humanos.
La mayoría de la gente hoy vive estresada con trabajos que demandan demasiado tiempo y que pagan poco, con el agravante de que el trabajador prefiere no quejarse por temor a perder su empleo. Los salarios en este país, sobre todo a nivel privado, no están acordes a la realidad. Se exige preparación y buena presencia, pero pagan cheles.
¿Dónde está la motivación? Dicen que el dinero no compra la felicidad, pero es necesario para resolver asuntos de la vida diaria. Y con respecto al horario, muchas compañías pretenden que el empleado trabaje más allá de las ocho horas diarias, pero ese esfuerzo extra no es remunerado debidamente. El "nuevo orden mundial" que rige los negocios ha dado como resultado un aumento en enfermedades cardiacas y otros males originados en el famoso estrés.
La reflexión con motivo del Día del Trabajo debería centrarse en estos aspectos.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.