Foto: Revista 110
Celebrar elecciones presidenciales es motivo de tensión en cualquier país, sin importar lo estable o desarrollado que sea. A menudo esta tensión se refleja en movimientos adversos en la bolsa de valores, si la hay, o en un aumento del índice de riesgo-país. En otros casos, las elecciones afectan el desempeño de la economía, que suele registrar una baja en los niveles de consumo.
En el caso particular de la República Dominicana, mucha gente postergó sus planes hasta que se definiera el panorama electoral, con el resultado de que poco antes del 16 de mayo se había reducido considerablemente la actividad comercial en plazas, tiendas, restaurantes y lugares de ocio. En esos días tenía la necesidad de comprar un determinado artículo, y al ver que no aparecía, pregunté qué pasaba. La respuesta: estamos esperando a que pasen las elecciones para traer mercancía nueva.
Pude comprobar que las farmacias, tiendas de ropa y cosméticos estaban en una situación similar: aguantadas hasta ver qué pasaba en estas elecciones. Si se reelegía el presidente Leonel Fernández, iban a seguir adelante con sus planes habituales. Si ganaba el PRD, pondrían en marcha un plan de contingencia.
Una amiga propietaria de una tienda en Acrópolis me comentó que su socio, quien es extranjero, estaba en ascuas ante la posibilidad de que resultara electo el candidato perredeísta, pues durante el mandato de Hipólito tuvo que cerrar otra tienda que tenía. Por su parte, una ex compañera de estudios, cuya familia siempre ha militado a favor del PRD, me comentó que en caso de ganar Vargas cerraría su oficina de servicios y se iría a Estados Unidos o Canadá.
¿Qué nos dicen estos relatos? Que una parte importante de la población, sobre todo la que tiene negocios propios, tiene miedo a un eventual triunfo del PRD. Muestra de ello es que el sábado en la tarde pasé por Acrópolis para juntarme con unas amistades, y la plaza estaba que no se entendía de gente y muchas tiendas estaban renovando sus escaparates. Par de días atrás, estaba prácticamente muerta.
También hubo gente que pospuso su boda, la apertura de un negocio o la compra de su vehículo hasta después del 16 de mayo por temor a que subiera el dólar, según los resultados electorales. Como puede verse, las elecciones afectan sobremanera la vida cotidiana, y no es solo por propaganda política.
Celebrar elecciones presidenciales es motivo de tensión en cualquier país, sin importar lo estable o desarrollado que sea. A menudo esta tensión se refleja en movimientos adversos en la bolsa de valores, si la hay, o en un aumento del índice de riesgo-país. En otros casos, las elecciones afectan el desempeño de la economía, que suele registrar una baja en los niveles de consumo.
En el caso particular de la República Dominicana, mucha gente postergó sus planes hasta que se definiera el panorama electoral, con el resultado de que poco antes del 16 de mayo se había reducido considerablemente la actividad comercial en plazas, tiendas, restaurantes y lugares de ocio. En esos días tenía la necesidad de comprar un determinado artículo, y al ver que no aparecía, pregunté qué pasaba. La respuesta: estamos esperando a que pasen las elecciones para traer mercancía nueva.
Pude comprobar que las farmacias, tiendas de ropa y cosméticos estaban en una situación similar: aguantadas hasta ver qué pasaba en estas elecciones. Si se reelegía el presidente Leonel Fernández, iban a seguir adelante con sus planes habituales. Si ganaba el PRD, pondrían en marcha un plan de contingencia.
Una amiga propietaria de una tienda en Acrópolis me comentó que su socio, quien es extranjero, estaba en ascuas ante la posibilidad de que resultara electo el candidato perredeísta, pues durante el mandato de Hipólito tuvo que cerrar otra tienda que tenía. Por su parte, una ex compañera de estudios, cuya familia siempre ha militado a favor del PRD, me comentó que en caso de ganar Vargas cerraría su oficina de servicios y se iría a Estados Unidos o Canadá.
¿Qué nos dicen estos relatos? Que una parte importante de la población, sobre todo la que tiene negocios propios, tiene miedo a un eventual triunfo del PRD. Muestra de ello es que el sábado en la tarde pasé por Acrópolis para juntarme con unas amistades, y la plaza estaba que no se entendía de gente y muchas tiendas estaban renovando sus escaparates. Par de días atrás, estaba prácticamente muerta.
También hubo gente que pospuso su boda, la apertura de un negocio o la compra de su vehículo hasta después del 16 de mayo por temor a que subiera el dólar, según los resultados electorales. Como puede verse, las elecciones afectan sobremanera la vida cotidiana, y no es solo por propaganda política.
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